Miguel Abellán: “Aprendí primero a coger una muleta que a conducir. Empecé a torear vacas con 5 años.”
Miguel Abellán, un nombre emblemático en el mundo del toreo, ha dejado una huella indeleble en la historia de la tauromaquia. Su carrera se inició a una edad temprana, y ha tenido momentos memorables como salir por la puerta grande de Las Ventas en Madrid, un logro reservado para muy pocos. En esta entrevista, Abellán comparte sus experiencias tanto en el ruedo como en su vida personal, revelando un lado más humano y divertido del torero.
- Inicios en el toreo y su relación con la conducción
- Las preferencias automovilísticas de un torero
- Supersticiones y manías en el mundo taurino
- Anécdotas de la carretera y el ruedo
- Momentos de peligro y reflexiones sobre la vida
- ¿Cómo ha evolucionado el mundo del toreo?
- Un vistazo a sus ídolos del motor
- Reflexiones finales sobre su vida y carrera
Inicios en el toreo y su relación con la conducción
La primera pregunta que surge es sobre su formación en el toreo. Abellán revela que su primer contacto con la muleta fue a los cinco años, una anécdota que refleja su pasión innata por la tauromaquia. Esta dedicación precoz contrasta con su posterior aprendizaje en la conducción.
“Aprendí primero a coger una muleta que a conducir,” dice, enfatizando su amor por el arte taurino. Esta frase encapsula no solo su trayectoria profesional, sino también su identidad como torero desde la infancia.
Su primera experiencia al volante no llegó hasta más tarde en su vida, lo que lo lleva a reflexionar sobre las diferencias entre ambas habilidades. Conducir y torear requieren un equilibrio de instinto y técnica, pero Abellán argumenta que el toreo, por su naturaleza arriesgada, tiene un elemento de emoción que lo hace único.
Las preferencias automovilísticas de un torero
La conversación se desplaza hacia su elección de vehículos. Abellán es un ferviente admirador de la marca Mercedes, destacando su fiabilidad y seguridad. Posee una Mercedes Sprinter que utiliza para transportar a su cuadrilla, lo que demuestra su aprecio por la camaradería y el trabajo en equipo.
La elección de un coche no es trivial para un torero que pasa gran parte de su tiempo viajando. La comodidad y la seguridad son esenciales. “Al final, para viajar necesitas un coche seguro y fiable,” explica, lo que subraya la importancia de la confianza en cada desplazamiento hacia la plaza.
Supersticiones y manías en el mundo taurino
El mundo del toreo está lleno de supersticiones y rituales. Abellán recuerda que en sus inicios adoptó varias manías de otros toreros célebres como Manzanares y Ojeda. Sin embargo, llega a un punto de inflexión: “Decidí que la superstición solo creaba mal rollo en la cabeza,” reflexiona.
Entre sus manías, destaca que no le gusta que fumen en su coche, aunque reconoce que a veces cede ante sus amigos. Este equilibrio entre mantener sus preferencias y adaptarse a la socialización es un reflejo de su personalidad amigable.
Anécdotas de la carretera y el ruedo
Las historias de Abellán en la carretera son tan fascinantes como las que vive en el ruedo. Comparte un par de anécdotas sobre cómo ha logrado evitar multas gracias a su estatus como torero. Sin embargo, no todas han tenido un final afortunado. Recuerda un momento en el que fue multado a pesar de ir vestido de luces, lo que demuestra que las reglas aplican a todos, sin importar el contexto.
En un tono más personal, Abellán no oculta el hecho de haber tenido relaciones en su coche, describiéndolo como “súper romántico,” y añadiendo un toque de nostalgia a la conversación. Este tipo de anécdotas humanas le dan un carácter más accesible y divertido al torero.
Momentos de peligro y reflexiones sobre la vida
Abellán también habla sobre los peligros inherentes al toreo, revelando que ha enfrentado situaciones críticas. Ha tenido experiencias cercanas a la muerte, incluyendo cornadas que lo llevaron al borde de la vida. “He tenido cornadas que te hacen replantear la vida,” dice, recordando que estas cicatrices físicas están acompañadas de una profunda sabiduría.
La adrenalina de torear y la incertidumbre de la vida son comparables, y Abellán lo expresa de manera elocuente al decir que recibir un toro a porta gayola es como “ir sin frenos en el coche.” Esta analogía resalta la valentía que se requiere en su profesión.
¿Cómo ha evolucionado el mundo del toreo?
Abellán no solo es un torero, sino también un pensador crítico del futuro de la tauromaquia. Considera que el mundo del toro ha evolucionado muy poco en comparación con otros sectores. “Estamos sufriendo una pequeña crisis taurina,” menciona, sugiriendo que se necesita una actualización radical en la forma en que se presenta la tauromaquia.
- Modernización de las plazas.
- Mejoras en la comodidad de los asientos.
- Facilitar la compra anticipada de entradas.
- Aumentar la promoción del evento en plataformas digitales.
Para él, es esencial que la tauromaquia no solo se adapte a las necesidades del público moderno, sino que también se presente de una manera que respete la tradición mientras atrae a nuevas audiencias.
Un vistazo a sus ídolos del motor
Aparte de su vida como torero, Abellán tiene una gran admiración por figuras del automovilismo. Menciona a Ayrton Senna, cuyo legado lo impactó profundamente, así como a Ángel Nieto, un amigo cercano. La conexión entre ambos mundos, el motor y el toreo, pone de manifiesto una pasión por la velocidad y el riesgo.
Abellán también menciona a otros pilotos que han dejado su marca en la historia del automovilismo español, como Fernando Alonso y Carlos Sainz. Su aprecio por estos deportistas resalta la intersección entre la valentía en el circuito y el ruedo.
Reflexiones finales sobre su vida y carrera
El torero reconoce que, a pesar de la dureza de su profesión, siempre hay un deseo de mejorar y aprender. Abellán resalta la importancia de la recuperación tras las lesiones y cómo esto se traduce en una mentalidad resiliente. “No hay mejor enfermo que el que se quiere curar,” dice, reflejando una perspectiva positiva hacia la adversidad.
Con un enfoque en la evolución y la adaptación, Abellán parece estar preparado para enfrentar lo que venga en el futuro, tanto en el ruedo como en la carretera. Su vida es un testimonio de la pasión, la valentía y la resiliencia que definen no solo a un torero, sino a cualquier persona que se atreve a vivir su verdad.
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